UN PAÍS AMATEUR
Publicidad en gallego, en un medio generalista (desconexión local, Galicia) promocionando el turismo a Galicia y el Camino de Santiago. Pagada por un organismo público gallego, con ayuda de fondos europeos. ¿Quién es el público objetivo? ¿Es para que a los gallegos no se les olvide hablar maravillas de Galicia a sus amigos de otras partes del país y del mundo?
Más: publicidad exterior de una
DO gallega, promocionando esa DO exclusivamente en diversas localizaciones de
Galicia. Subvencionada con dinero público, por supuesto. Haciendo la
competencia a otras 4 DO’s gallegas. ¿Quién gana en ese juego absurdo de arañar
cuota?
¿Qué justificación tienen campañas de
marketing con dinero público para promocionar Galicia dentro de Galicia? ¿No
nos queremos bastante? (A juzgar por el trato que le damos a nuestros bosques y
a nuestro paisaje, no mucho).
Adoro esta tierra donde soy
inmigrante, su lengua, sus paisajes y sus gentes. De aquí no me echan ni a
patadas, lo que no impide que no me parezca muy lógico que año tras año se
destine un buen pellizco de lo público a promocionar Galicia en Galicia. ¿O es
que se me escapa algo?
Es dinero público, suyo y mío.
¿Está optimizada la inversión? Piénselo con criterios empresariales: si el
presupuesto estuviera asignado a su departamento y tuviera que justificar en
qué se gasta cada euro, ¿lo invertiría así?
Imagine que le dice a su jefe que
va a hacer una campaña de marketing para ganar cuota, exclusivamente en el
territorio en el que tiene, prácticamente, toda la cuota de mercado. ¿No sería
acaso mejor invertir para crecer en otro lugar? (Esperen a los comentarios,
seguro que hay quien me contradice con sesudas razones… que si mantener la
cuota, que si el boca a oreja).
Otro ejemplo. ¿Una ministra de
trabajo que nunca se ha enfrentado a completar un currículo, pasar una
entrevista, ser seleccionada para cobrar un salario que le va a impedir tener
un nivel digno de vida y pese a ello demostrar su valía en la empresa que la ha
contratado… puede tener un mínimo de empatía para entender los problemas a que
se enfrentan desempleados y trabajadores precarios?
Una ministra que cuando tiene
buenas estadísticas hace rueda de prensa y cuando son pésimas delega en el
segundo de a bordo… ¿es profesional? Recuerde todos esos post que ha
recomendado en esta red social sobre las diferencias entre jefe y líder.
Para evitar suspicacias, sabiendo
que me meto en un berenjenal cada vez más gordo, vaya por delante que no me
interesa el color político, da igual, nuestro país no ha tenido un solo
presidente capaz de expresarse con un decoroso mínimo nivel de inglés.
Conviene preguntarse, en el
entorno actual de competitividad, productividad, ajuste de costes y eficiencia.
Donde la tecnología está al alcance de todo el Mundo a un precio mínimo, y las
empresas que mayor valor crean son de base tecnológica… ¿es sostenible un país
amateur?
¿No me compra el ejemplo
ministra? Vamos con el otro.
Es usted accionista y miembro del
consejo de administración en una importante compañía con intereses en todo el
mundo, su CEO se jubila y es necesario elegir un candidato para sustituirle.
Confía la selección previa de candidatos a los mejores cazatalentos del país. Y
usted se decanta por un gestor sin ninguna experiencia gerencial relevante
demostrable y sin conocimientos básicos de inglés. Por muy buen resultado
académico que tenga.
Hoy mismo en Infojobs: +1.280
ofertas de empleo para las que se exige conocimientos de inglés y francés: teleoperadores,
encuestadores, help-desk, administrativos, atención al cliente, contables
junior,… Apenas un 15% de esas ofertas superan una retribución anual de 20.000€.
Lo que no exigimos para presidir
el gobierno es requisito para hacer encuestas.
Reconozcámoslo, somos un país
amateur.
¿Cuántas grandes empresas
funcionan así? ¿Cuántas veces ha visto usted medrar a su alrededor pelotas,
hijos de, enchufados, miembros de la obra u otro tipo de personajes de
capacidad cuestionable mientras los mejores eran apartados, olvidados,
arrinconados?
Dirán ustedes que soy un
resentido, pero no estoy hablando de mi caso. De sobras reconozco que mis
méritos han sido siempre escasos y mis deméritos sonoros. Hablo de compañeros,
compañeras las más de las veces, verdaderas profesionales implicadas hasta las
trancas, brillantes, trabajadoras, que han acabado tirando la toalla para
buscarse un exilio moralmente forzado.
El talento ajeno asusta a los
mediocres. En la empresa como en nuestros gobiernos los mediocres pacen a sus
anchas al amparo de otros mediocres más y mejor aupados.
El enchufe es un gran problema
porque dinamita la cultura del esfuerzo y la auto-superación, porque no es
justo ni equitativo ni eficaz ni eficiente, y lastra nuestra competitividad.
El enchufe es sólo otro tipo de
corrupción, ese deporte nacional que nos hará triunfar mundialmente cuando sea
olímpico, aunque más light, menos pornográfico, más tolerado, pero que socava
la igualdad de oportunidades y esconde en la sombra un talento del que no vamos
sobrados.
Afortunadamente existen empresas,
muchas, que escapan a estas prácticas, que contratan y promueven sin tener en
cuenta los pedigrís o la edad del candidato, que valoran los méritos (y los
retribuyen), donde la brecha salarial está en el desempeño y no en el sexo del
trabajador. Existen, tengo la suerte de trabajar en una de ellas y, créanme, se
nota la diferencia.
Pero si nos vamos a los grandes
números, las estadísticas son sangrantes. ¿O no?
Se aceptan apuestas sobre la
primera compañía en que empezará su carrera profesional nuestro compatriota
Froilán tras su más que esperable brillante trayectoria académica
universitaria...
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